EJERCICIOS EN PACIENTES
CON ERC
Mantener un estilo de vida activo y realizar ejercicio físico ayuda a mejorar la sintomatología y a prevenir la aparición de los factores de riesgo cardiovascular.

Beneficios de realizar ejercicio de forma regular
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Mejora la capacidad cardiorrespiratoria (aumenta el consumo máximo de oxígeno)
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Frena el deterioro a nivel óseo
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Reduce la sensación de fatiga y cansancio
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Mejora la flexibilidad y la movilidad articular
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Rebaja la intensidad del dolor
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Se descansa mejor y favorece a una mayor calidad del sueño
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Sentirse mejor y tener mayor calidad de vida
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Disminuye el riesgo de caídas
El paciente con enfermedad renal crónica debe intentar incrementar los niveles de actividad física diaria.
Antes de empezar a hacer ejercicio físico es importante que el médico confirme que se puede realizar sin riesgo.
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Basta con caminar un poco más.
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Subir escaleras en lugar del ascensor (ni que sea un piso)
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Coger el transporte público en lugar del privado
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Esperar de pie y no sentado
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Caminar mientras se habla por teléfono
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Levantarse de la silla o del sofá cada media hora
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Dar paseos más largos
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Salir de casa por la mañana y por la tarde
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Entre otras actividades.
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También hay que tener en cuenta que en función del tratamiento renal pueden aparecer limitaciones.
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Las personas que siguen un tratamiento de hemodiálisis, deben evitar cargar el brazo de la fístula arteriovenosa interna (FAVI).
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A las personas que siguen un tratamiento de diálisis peritoneal se les desaconseja que practiquen natación en piscinas por riesgo de infección del catéter;
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Y las que han sido trasplantadas o llevan un catéter peritoneal, deben vigilar los ejercicios que movilizan sus abdominales.
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Debido a estas peculiaridades, y a fin de adaptar el ejercicio a la situación personal de cada uno, se recomienda consultar, siempre que sea posible, a un fisioterapeuta el inicio y seguimiento de un programa de ejercicio físico
¿Qué ejercicios puedo hacer con Enfermedad Renal Crónica?
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